Asesoramiento
Pensions
Asesoramiento y seguimiento de inversiones
- En primer lugar para que el asesor se convierta en el nexo de unión entre los dueños del patrimonio y los gestores. Se trata de recorrer un camino de doble dirección: por un lado traducir al lenguaje y herramientas técnicas lo que el dueño quiere y, por otro, traducir a un lenguaje claro y sencillo lo que el gestor hace.
- En segundo lugar para vigilar de forma continuada los objetivos y limitaciones del Mandato de Gestión y evitar que nada ni nadie (fundamentalmente los gestores) lo ponga en peligro.
- En tercer lugar para opinar sobre las decisiones estratégicas y tácticas que afectan a la cartera. Las decisiones estratégicas están relacionadas con los riesgos asumidos, las rentabilidades esperadas y la tolerancia a su no consecución. Las decisiones tácticas están relacionadas con decisiones concretas de compra y venta sobre inversiones con nombre y apellidos.
Un Asesor de inversiones experto no garantiza el éxito pero si garantiza evitar el fracaso, limitando costes excesivos, productos inadecuados, decisiones temerarias, desviaciones del plan estratégico y gestores mediocres.
El seguimiento y asesoramiento de inversiones NO ES una labor puntual realizada a posteriori, como la “revisión financiera” de los fondos de pensiones. El asesoramiento intenta “prevenir para mejorar” y la única manera eficiente de hacerlo es “exante” (o al menos al mismo tiempo que se lleva a cabo la gestión) y no a “toro pasado”.
La función de utilidad del Asesor siempre está alineada con la de la Comisión de Control: proteger la riqueza de partícipes y beneficiarios y hacerla crecer de forma ordenada en el tiempo. Este objetivo tan simple no siempre es el objetivo del gestor, cuya función de utilidad pasa muchas veces por maximizar sus ingresos y no los de su cliente.
Por la razón anterior el Asesor de inversiones se convierte en el “guardián” del Fondo de Pensiones. Donde no hay vigilancia es más fácil vulnerar las normas. Las carteras sin controles son las que se llevan las peores operaciones, los peores costes y los peores gestores.